sábado, 23 de febrero de 2013

PARA REZAR POR EL PAPA, AL FINALIZAR LA SANTA MISA



Oremos por nuestro Santo Padre Benedicto XVI, para que el Señor le retribuya con el premio de su reconocimiento y bendición por estos años de luminoso pontificado.


Jesús Señor y Esposo de la Iglesia: renovamos en tu presencia nuestra adhesión incondicional a tu Vicario en la tierra, el Papa. Hoy especialmente te agradecemos por el fecundo ministerio llevado durante estos años por Benedicto XVI. En él, Tú has querido mostrarnos el camino seguro y cierto que debemos seguir. Creemos firmemente que, por medio del Papa, Tú nos has gobernado, enseñado, santificado, y bajo su guía formamos la verdadera Iglesia: una, santa, católica y apostólica. Concédenos la gracia de amar, vivir y propagar como hijos fieles sus enseñanzas.

Cristo Jesús, cuídalo en este momento de su vida temporal para que con su oración piadosa pueda seguir sirviendo a la Iglesia Católica, con la misma luz y gracia que lo hizo desde su juventud como sacerdote fiel, gran teólogo, obispo y pastor de tu rebaño,

viernes, 22 de febrero de 2013

5. Inspiración y Revelación de la Biblia




Distinguir la diferencia entre inspiración y revelación.

INTRODUCCIÓN
Problemas que tenemos que solucionar en esta lección: ¿Son puramente humanos los libros de la Biblia? ¿Interviene Dios en ellos? ¿Cómo? ¿Cómo puede ser Dios el autor de la Biblia, si no lo vemos ni le oímos, ni le tocamos? ¿Por qué Dios tiene que escogerse a hombres para dar su mensaje? ¿El escritor sagrado es como cualquier escritor que se siente inspirado? ¿Cuánto hay de cosecha de ellos y cuanto de grano de Dios? ¿Y si se equivocaron? ¿La Biblia contiene errores científicos y geográficos?

Hay dos textos en la Sagrada Escritura que nos servirán de hilo conductor:

“Toda Escritura es divinamente inspirada” (2 Tim 3, 16).

“La profecía no ha sido jamás proferida por humana voluntad, sino que llevados por el Espíritu Santo, hablaron los hombres de parte de Dios” (2 Pe 1, 21).

Y un texto del Concilio Vaticano II servirá también de referencia: “La Iglesia reconoce que todos los libros de la Biblia, con todas sus partes, son sagrados y canónicos, en cuanto que, escritos por inspiración del Espíritu Santo, tienen a Dios como autor y como tales han sido confiados a la Iglesia” (Dei Verbum 11).

Dios sale al encuentro de los hombres con infinito amor, pero lo hace de modo progresivo, revelándose primero a Moisés, después a los Profetas y después por su Hijo y por los Apóstoles. Al querer Dios que su divina Palabra quedase por escrito, tenía que intervenir eficazmente. Y lo hizo escogiendo a unos hombres, a quienes iluminó su inteligencia y movió su voluntad.


II. OBJETIVO DOCTRINAL: Explicar que la Biblia es auténtica Palabra de Dios y auténtica palabra humana. Distinguir la diferencia entre inspiración y revelación.


III. OBJETIVO VIVENCIAL: Acercarnos a la Biblia con gran fe, veneración y con el deseo de encarnar

viernes, 15 de febrero de 2013

4. El Canon de la Biblia




Una regla de fe para determinar si una cosa es verdadera o falsa.

I. INTRODUCCIÓN
La palabra “canon” viene de la lengua griega y corresponde a la expresión “una caña recta que sirve para sostener derecha alguna cosa”. Para nosotros, es como una regla de fe para determinar si una cosa es verdadera o falsa; es el criterio de la verdad de una afirmación, es la medida, la norma o regla de algo.

Hay cuatro cánones o listas oficiales de libros de la Biblia:

El canon de los judíos: ellos sólo aceptan 39 libros del Antiguo Testamento. No aceptan ningún libro del Nuevo Testamento.

El canon de los protestantes: ellos aceptan 39 libros del Antiguo Testamento y 27 del Nuevo. Total: 66 libros.

El canon de los católicos: aceptamos los 46 libros del Antiguo Testamento y los 27 libros del Nuevo Testamento. En total: 73.

El canon de los ortodoxos (o sea los 200 millones de cristianos del Oriente Medio): aceptan, como los católicos, todos los 73 libros de la Biblia.

Cabe preguntarnos: ¿por qué las iglesias cristianas evangélicas no aceptan todos los libros que están en la Biblia católica?

La fijación del canon bíblico constituyó una necesidad para la Iglesia. Era necesario hacerlo por la universalidad de la única Iglesia. Para mantener una misma regla de fe en todas las iglesias esparcidas por la tierra era indispensable disponer de un mismo canon. Frente a los herejes que recurrían con frecuencia a libros “secretos” (apócrifos) era de todo punto necesario delimitar claramente los libros normativos de la fe,

domingo, 10 de febrero de 2013

El crucifijo, el único tesoro del párroco



La población de aquella parroquia perdida en la montaña y cerca de la región de las nieves y de los glaciares estaba acostumbrada a contemplar un continuo cambio de sacerdotes. Estos, siempre jóvenes, llegaban allí, obligados por la obediencia a la autoridad eclesiástica, permanecían unos meses, y, en cuanto podían, se trasladaban al valle, sin ocultar la íntima satisfacción que les causaba salir de un pueblo, más apto para mansión de gacelas que para residencia de hombres.
Por eso no es de extrañar que todos, mujeres y hombres, quedasen admirados cuando, al llegar a aquel nido de águilas un sacerdote entrado en años, manifestó deseos de establecerse allí para siempre.
Era un hombre bondadoso, pero de gran piedad y celoso. Oriundo de la montaña, cuyas necesidades y dificultades conocía a fondo, se había ofrecido generosamente al Obispo, el cual en una ocasión le manifestó sus preocupaciones por el estado de aquellas almas descuidadas por todos y frecuentemente abandonadas.
Un sacerdote de alguna edad, muy instruido, como lo había revelado en sus primeros sermones, que venía a

viernes, 8 de febrero de 2013

3. Disposiciones para leer la Biblia




Las disposiciones o actitudes para la lectura y comprensión de la Biblia.

I. INTRODUCCIÓN
La Biblia no es un libro como cualquier otro. No se puede leer así, de corrido, como una novela, o un periódico. La Biblia, siendo Palabra misma de Dios, deberá ser leída y meditada como un encuentro vivo con Dios. Nos dice el documento del Concilio Vaticano II: “Los cristianos deben recibir los libros sagrados con devoción, porque expresan un vivo sentido de Dios, contienen enseñanzas sublimes sobre Dios y una sabiduría salvadora acerca del hombre, encierran tesoros de oración y esconden el misterio de nuestra salvación” (Dei Verbum, n. 15).

Por lo mismo debemos leer la Biblia con el mismo espíritu con que fue escrito. Ya pasaron aquellos tiempos del jansenismo bíblico, en los que la Biblia era considerada por algunos sectores católicos de opinión como un libro poco menos que prohibido, sospechoso, peligroso.

Gracias al uso del misal, a la participación activa de los fieles en la liturgia, a la propaganda de los sacerdotes y a los comentarios que sobre pasajes bíblicos se hacen en las reuniones y círculos bíblicos, innumerables fieles van tomando contacto directo con los textos sagrados. Siguiendo los deseos de la Iglesia, el movimiento bíblico se va extendiendo cada vez más entre el mundo cristiano. Numerosos cristianos tienen su Biblia, su Nuevo Testamento o sus Evangelios.

Pero no se puede uno adentrar en la Biblia sin un guía, pues se pierde. La Biblia no puede leerse ni entenderse provechosamente si no es explicada. Es esto lo que haremos a lo largo de estas explicaciones.


II. OBJETIVO DOCTRINAL: Ver cuáles son las disposiciones o actitudes para la lectura y comprensión de la Biblia.


III. OBJETIVO VIVENCIAL: Tratar de hacer vida las enseñanzas de la Biblia.


IV. TESIS: A la Biblia hay que acercarse con los pies descalzos, con el corazón abierto y con la voluntad

Semana Santa en familia - Vía Crucis en forma de cuento (Pablo Córdoba, Cuentos)



La abuela le pide que la acompañen a la Iglesia.
Qué aburrido! –piensa Dalma, la nieta adolescente; pero, al recordar que están en Semana Santa, decide ir.
–¡Vamos! –grita Matías, de ocho, que ve en la invitación una ocasión para atrapar palomas en el campanario.
Es una tarde fría. El cielo está nublado.
Llegan a la Iglesia. Un candado avisa que está cerrada. La abuela les indica ir por el lateral; seguro que, la puerta estará abierta.
Entran por la parte trasera. No hay nadie adentro...
–¿Qué les parece si rezamos el Vía Crucis?
–¿Qué es eso? –pregunta Matías .
–Es recorrer, siguiendo estos cuadritos, el camino que hizo Jesús llevando la Cruz, hasta su muerte –responde su hermana.
El niño se para frente al primer cuadro y lee: "Jesús es con–de–na–do". Mira a las mujeres y con picardía pide una explicación.
La nona hace un gesto de complicidad y comienza con el relato:
"Eso fue en la mañana del viernes. El gobernador sabía que era inocente. Y, buscando excusas para liberarlo, les dio a elegir al gentío entre Cristo y Barrabás, un asesino que nadie quería.
"La muchedumbre pidió a gritos que liberen al delincuente; y que crucifiquen a Jesús. '¡Crucifícalo!

jueves, 7 de febrero de 2013

TIEMPO DE CUARESMA



La Cuaresma es el tiempo litúrgico penitencial y de conversión por excelencia que nos ayuda a prepararnos para la Fiesta de la Pascua.

La palabra cuaresma significa 40 días, que es el tiempo durante el cual hacemos un camino de “Metanoia” o de “cambio de vida”, para ello nos preparamos con la oración, la lectura orante de la Palabra, el ayuno, la abstinencia, y las obras de misericordia.

No es un tiempo de angustia, sino una preparación seria hacia la Pascua, donde nuestro “hombre viejo” irá dando paso al “hombre nuevo”.

El color litúrgico es el “morado” que convida al recogimiento,  al retiro espiritual y a una vida más austera. Otros signos acompañarán también esta andadura espiritual: se suprimen los cantos de “Aleluya” y  “Gloria”, desaparecen las flores del altar, los cantos son los propios y suaves.

Por el sacramento de la Reconciliación expresamos nuestro arrepentimiento sincero y esperanzado en la

CATEQUESIS DEL PAPA: “La cumbre de la creación es el ser humano que ha sido hecho «a imagen de Dios», capaz de entender la sabiduría de su obra” ( 060/2/2013)


Queridos hermanos y hermanas:

El Credo, que comienza calificando a Dios como "Padre Todopoderoso", como ya meditamos la semana pasada, añade luego que Él es "el Creador del cielo y de la tierra", y así retoma la afirmación con la que empieza la Biblia. En el primer versículo de la Sagrada Escritura, se lee, en efecto, como hemos escuchado: "Al principio Dios creó el cielo y la tierra" (Génesis 1,1): es Dios el origen de todas las cosas y en la belleza de la creación se despliega su omnipotencia de Padre amoroso.

Dios se manifiesta como Padre en la creación, como origen de la vida, y, al crear, muestra su omnipotencia. Las imágenes utilizadas por la Sagrada Escritura a este respecto son muy sugestivas (cf. Is 40,12, 45,18, 48,13, Salmos 104,2.5, 135,7, Pr 8, 27-29). Él, como Padre bueno y poderoso, cuida todo lo que ha creado con un amor y una fidelidad que nunca faltan (cf. Sal 57,11, 108,5, 36,6). Repiten los Salmos. De este modo, la creación se convierte en un lugar donde conocer y reconocer la omnipotencia de Dios y su bondad, y se convierte en una llamada a la fe de nosotros los creyentes para que proclamemos a Dios como Creador. "Por la fe - escribe el autor de la Carta a los Hebreos - comprendemos que la Palabra de Dios formó el mundo, de manera que lo visible proviene de lo invisible " (11,3). La fe implica pues saber reconocer lo invisible, reconociendo su huella en el mundo visible. El creyente puede leer el gran libro de la naturaleza y comprender su lenguaje; el universo nos habla de Dios, pero es necesaria su Palabra de revelación, que suscita la fe, para que el hombre pueda alcanzar la plena conciencia de la realidad de Dios como Creador y Padre.

viernes, 1 de febrero de 2013

2. Autor de la Biblia y forma en que fue escrita




¿Quién la escribió? ¿Lo escribió directamente o se sirvió de instrumentos humanos? ¿Cómo se puede comprobar que fue Dios el que hizo redactar la Biblia?

I. INTRODUCCIÓN
Todo libro tiene su autor. Y según como sea el autor así será el libro. Cabe preguntarnos: ¿quién escribió este maravilloso libro de la Biblia? ¿Lo escribió directamente o se sirvió de instrumentos humanos? ¿Cómo se puede comprobar que fue Dios el que hizo redactar la Biblia?

Se cuenta que un hombre preguntaba a una mujer: “¿Cómo puede usted probar que la Biblia es palabra de Dios? ¿Es que Dios habló con usted?”. La mujer le respondió, señalando con la mano el sol: “¿Puede usted demostrarme que eso que se ve allá es el sol?”. – Sí, señora. La mayor prueba de que es el sol, es que me da luz y me da calor.

- Muy bien, dijo la mujer. Así pasa con la Biblia: la mejor prueba de que es Palabra de Dios es que ese Libro me da luz, pues me ilumina lo que debo hacer; y me da calor, pues me anima a amar a Dios y al prójimo.

Esa es la prueba de que la Biblia sí viene de Dios: ese libro hace milagros de iluminación y de cambio a quien lo lee.

Pero Dios se sirvió de instrumentos humanos para llevar su Palabra. A estos instrumentos los iluminó, y les respetó su estilo y su temperamento, su cultura y su personalidad, y hasta el sello de la clase social a la que pertenecían.