jueves, 7 de febrero de 2013

TIEMPO DE CUARESMA



La Cuaresma es el tiempo litúrgico penitencial y de conversión por excelencia que nos ayuda a prepararnos para la Fiesta de la Pascua.

La palabra cuaresma significa 40 días, que es el tiempo durante el cual hacemos un camino de “Metanoia” o de “cambio de vida”, para ello nos preparamos con la oración, la lectura orante de la Palabra, el ayuno, la abstinencia, y las obras de misericordia.

No es un tiempo de angustia, sino una preparación seria hacia la Pascua, donde nuestro “hombre viejo” irá dando paso al “hombre nuevo”.

El color litúrgico es el “morado” que convida al recogimiento,  al retiro espiritual y a una vida más austera. Otros signos acompañarán también esta andadura espiritual: se suprimen los cantos de “Aleluya” y  “Gloria”, desaparecen las flores del altar, los cantos son los propios y suaves.

Por el sacramento de la Reconciliación expresamos nuestro arrepentimiento sincero y esperanzado en la
misericordia del Señor.

Arrepentimiento no equivale a  autocompasión o remordimiento, sino a conversión, a volver a centrar nuestra vida en la Trinidad. No significa mirar atrás disgustados, sino hacia adelante esperanzados. Ni es mirar hacia abajo, a nuestros fallos, sino a lo alto, al amor de Dios. Significa mirar no aquello que no hemos logrado ser sino a lo que con la gracia divina podemos llegar a ser. (K. Ware)



MIÉRCOLES DE CENIZA
El Miércoles de Ceniza abre paso a la cuaresma. Con el rito de la “imposición de cenizas” la Iglesia nos invita a reconocer con humildad nuestra condición débil y pecadora. El simbolismo de la ceniza es muy antiguo y popular.
El camino de la conversión pascual empieza con el símbolo de la ceniza y acaba en la Vigilia con el fuego, el agua y la luz. Es una unidad dinámica, que quiere comprometer a cada cristiano en su seguimiento de Cristo y comunicarle la gracia pascual: a través de la renuncia y la cruz, hasta la nueva existencia de resucitados.

PRACTICAS CUARESMALES
1-Imposición de las cenizas: el “Miércoles de Ceniza”
2-Ayuno: a la luz de la Palabra de Dios, comprendemos que el ayuno más que una mera abstención de comidas  es símbolo y expresión de una renuncia a todo aquello que nos impide realizar en nosotros el proyecto de Dios, invitándonos a transformarlo en un gesto de solidaridad efectiva  con los que pasan hambre, con los que sufren injusticias, con los olvidados, con los discriminados, etc.
3-Limosna o mejor dicho “ofrenda”: el ayuno debe ir unido a la limosna/ofrenda, o sea, al gesto caritativo. No se trata de dar lo que nos sobre sino de compartir aún aquello que nos pueda hacer falta, porque confiamos en que Dios no nos desamparará.
4-Oración: este tiempo es propicio para la oración, el encuentro más frecuente con Dios. Hay quienes pasan a diario por los templos para elevar sus plegarias a Dios. También hay quienes ofrecen rosarios, coronillas, y hasta disponen de 30 minutos al día para hablar con Dios en sus  hogares antes de empezar la jornada.
5-Via Crucis: una de las prácticas devocionales que más convoca en este tiempo. Esta oración meditada de la pasión, muerte y resurrección del Señor  nos pone en clima con el camino que deseamos hacer hacia una sincera conversión, después de ver la grandeza del amor de Dios por la humanidad.
6-Celebraciones Penitenciales: durante la cuaresma es bueno prepararnos comunitariamente para pedir perdón al Señor por nuestras faltas y recibir el Sacramento de la Reconciliación.

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