miércoles, 26 de junio de 2013

Catequesis del Papa: "El Templo" y el misterio de la Iglesia

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Quisiera hoy aludir brevemente a otra imagen que nos ayuda a ilustrar el misterio de la Iglesia: el templo (cf.
Conc. Ecum. Vat. II, const. dogm. Lumen gentium, 6).

¿A qué pensamiento nos remite la palabra templo? Nos hace pensar en un edificio, en una construcción. De manera particular, la mente de muchos se dirige a la historia del Pueblo de Israel narrada en el Antiguo Testamento. En Jerusalén, el gran Templo de Salomón era el lugar del encuentro con Dios en la oración; en el interior del Templo estaba el Arca de la alianza, signo de la presencia de Dios en medio del pueblo; y en el Arca se encontraban las Tablas de la Ley, el maná y la vara de Aarón: un recuerdo del hecho de que Dios había estado siempre dentro de la historia de su pueblo, había acompañado su camino, había guiado sus pasos. El templo recuerda esta historia: también nosotros, cuando vamos al templo, debemos recordar esta historia, cada uno de nosotros nuestra historia, cómo me encontró Jesús, cómo Jesús caminó conmigo, cómo Jesús me ama y me bendice.

Lo que estaba prefigurado en el antiguo Templo, está realizado, por el poder del Espíritu Santo, en la Iglesia: la Iglesia es la «casa de Dios», el lugar de su presencia, donde podemos hallar y encontrar al Señor; la Iglesia es el Templo en el que habita el Espíritu Santo que la anima, la guía y la sostiene. Si nos preguntamos: ¿dónde podemos encontrar a Dios? ¿Dónde podemos entrar en comunión con Él a través de Cristo? ¿Dónde podemos encontrar la luz del Espíritu Santo que ilumine nuestra vida? La respuesta es: en el pueblo de Dios, entre nosotros, que somos Iglesia. Aquí encontraremos a Jesús, al Espíritu Santo y al Padre.

El antiguo Templo estaba edificado por las manos de los hombres: se quería «dar una casa» a Dios para tener un signo visible de su presencia en medio del pueblo. Con la Encarnación del Hijo de Dios, se cumple la profecía de Natán al rey David (cf. 2 Sam 7, 1-29): no es el rey, no somos nosotros quienes «damos una

miércoles, 19 de junio de 2013

Catequesis del Papa: "La unidad es superior a los conflictos”


El papa Francisco dedicó la catequesis de la audiencia general de los miércoles a la expresión "del cuerpo" con la que el Concilio Vaticano II indica la naturaleza de la Iglesia: la Iglesia es cuerpo de Cristo. Una ya habitual plaza de San Pedro repleta de fieles escuchó atentamente la catequesis del Pontífice que recordó que “como el cuerpo no puede sobrevivir separado de la cabeza, tampoco la Iglesia separada de Cristo. Debe permanecer unida a Él, permitiéndole que actúe en ella, que su palabra la guíe, que su presencia eucarística la nutra y anime, que su amor la fortalezca para ir en ayuda del necesitado”.

El Santo Padre recordó el texto de la conversión de Saulo, que más tarde se llamará Pablo, para explicar cómo el apóstol con esta experiencia nos enseña la profundidad de la unión entre nosotros, cristianos, y Cristo.

"La imagen del cuerpo nos ayuda a entender esta profunda relación Iglesia-Cristo, que san Pablo desarrolló de manera particular -dijo-. La Iglesia es un cuerpo viviente y este cuerpo tiene una cabeza, Jesús, que lo guía, lo nutre y lo apoya pero como sucede en un cuerpo, es importante que pase la savia vital para que viva, así que debemos permitir que Jesús trabaje en nosotros, que su palabra nos guíe, que su presencia eucarística nos nutra, nos ame, que su amor fortalezca nuestro amar al próximo".

"En la Iglesia -continúo el pontífice- hay una variedad, una diversidad de tareas y de funciones; no hay una

miércoles, 12 de junio de 2013

Catequesis del Papa: La Iglesia es “Pueblo de Dios” y debe tener las puertas abiertas


La Iglesia, Pueblo de Dios, según la definición del Concilio Vaticano II, fue el centro de la reflexión de la catequesis del papa Francisco en la audiencia general celebrada hoy, miércoles 12 de junio, ante miles de fieles presentes en la Plaza de San Pedro. El Santo Padre explicó el concepto de Pueblo de Dios, a través de una serie de preguntas: “Que quiere decir ser Pueblo de Dios? ¿Cómo se forma parte de él? ¿Cúal es su ley, su misión y su fin?

Ser Pueblo de Dios, dijo Francisco “significa en primer lugar que Dios no es propiedad de ningún pueblo porque es Él quien nos llama y esta invitación está abierta a todos, sin distinción, porque la misericordia de Dios quiere la salvación de todos. Jesús no dice ni a los Apóstoles ni a nosotros que formemos un grupo exclusivo, una élite. Jesús dice: Vayan y hagan discípulos a todas las naciones”.

“Me gustaría decir a aquellos que se sienten lejos de Dios y de la Iglesia, a los que tienen miedo o son indiferentes, a los que piensan que ya no pueden cambiar: El Señor te llama también a ti a ser parte de su pueblo y lo hace con gran respeto y amor”. Se entra a formar parte de este pueblo “no a través del nacimiento físico, sino de un nuevo nacimiento: el Bautismo y través de la fe en Cristo, el don de Dios que hay que cuidar y cultivar en toda nuestra vida”.

¿Cuál es la ley del pueblo de Dios? “Es la ley del amor, amor a Dios y amor al prójimo que no es un sentimentalismo estéril o algo vago, sino el reconocer Dios como único Señor de la vida y, al mismo tiempo, al prójimo como un verdadero hermano las dos cosas van de la mano ¡Cuánto camino nos queda por

miércoles, 5 de junio de 2013

Catequesis del Papa: "La cultura del descarte convierte a las personas en desperdicios"


El papa Francisco dedicó la catequesis de la audiencia general de los miércoles a la tutela del medio ambiente, recordando que hoy se celebra el día mundial del Medio Ambiente promovido por las Naciones Unidas. "Cuando hablamos de ambiente, de la creación, pienso en las primeras páginas de la Biblia, en el Libro del Génesis, donde se afirma que Dios puso al hombre y a la mujer en la tierra para que la cultivaran y la cuidaran. Y me pregunto, -dijo el Papa a los fieles reunidos esta mañana en la Plaza de San Pedro- ¿Qué significa cultivar y cuidar la tierra?, ¿Estamos realmente cultivando y cuidando la creación?, ¿O la estamos explotando y descuidando?".

"Cultivar y cuidar la creación -explicó el Papa- es una indicación de Dios, dada no sólo al inicio de la historia, sino a cada uno de nosotros; es parte de su proyecto; quiere decir hacer crecer el mundo con responsabilidad, transformarlo para que sea un jardín, un lugar habitable para todos".

El Papa recordó las muchas veces que Benedicto XVI dijo que "este cometido encomendado por Dios Creador requiere seguir el ritmo y la lógica de la creación. Nosotros sin embargo nos dejamos llevar a menudo por la soberbia del dominar, del poseer, del manipular, del explotar; no la "cuidamos", no la respetamos, no la consideramos como un don gratuito que debemos cuidar. Estamos perdiendo la actitud del asombro, de la contemplación, de la escucha de la creación, y así no conseguimos ver lo que Benedicto XVI llama "el ritmo de la historia de amor de Dios con el hombre". ¿Por qué sucede esto?, ¿Por qué