jueves, 13 de diciembre de 2012

Catequesis del Papa: El Adviento nos recuerda que Dios sigue en el mundo


Las etapas de la Revelación, señaladas en las Escrituras y que culminan en el Adviento de Jesús, fue el tema de la catequesis de Benedicto XVI durante la audiencia general de los miércoles que tuvo lugar en el Aula Pablo VI. En el Año de la Fe el Papa renovó la invitación a leer más a menudo la Biblia y a prestar atención a las lecturas de la misa dominical subrayando que todo ello constituye “un alimento inapreciable para nuestra fe”.

“Leyendo el Antiguo Testamento –observó el pontífice- vemos que Dios se revela no solo en el acto primordial de la creación, sino entrando en nuestra historia, en la historia de un pequeño pueblo que no era ni el más numeroso, ni el más fuerte. Y esta revelación de Dios culmina en Jesucristo. Dios, el Logos, la Palabra creadora que está en el origen del mundo, se encarnó en Jesús y mostró el verdadero rostro de Dios. En Jesús se cumplen todas las promesas, en Él culmina la historia de Dios con la humanidad”.

“El Catecismo de la Iglesia Católica -recordó el Santo Padre - resume las etapas de la revelación divina: Dios ha invitado al hombre, desde el principio, a una comunión profunda con Él, e incluso cuando el hombre, por su desobediencia, pierde su amistad, Dios no lo abandona al poder de la muerte; al contrario, le ofrece muchas veces su alianza.


El Catecismo recorre el camino de Dios con el hombre desde la alianza con Noé después del diluvio, a la llamada de Abraham a salir de su tierra para hacerle padre de una multitud de pueblos. Dios constituye a Israel como su pueblo, a través del Éxodo, la alianza del Sinaí y el don, por medio de Moisés, de la Ley para ser reconocido y servido como el único Dios vivo y verdadero. Con los profetas, Dios conduce a su pueblo a la esperanza de la salvación.

Al final no se espera ya sólo a un rey, a un hijo de David, sino a un “Hijo del hombre, la salvación para todos los pueblos. Vemos así como el camino de Dios se ensancha, se abre cada vez más hacia el misterio de Cristo, el Rey del Universo. En Cristo se realiza finalmente la salvación en su plenitud, el designio benevolente de Dios. Él mismo se hace uno de nosotros”. Todas esas etapas demuestran “un único designio de salvación dirigido a toda la humanidad, que se revela y se realiza progresivamente con la potencia divina”.

El Papa concluyó hablando del tiempo litúrgico de Adviento que nos prepara para la Navidad. “Como todos sabemos -dijo- la palabra 'Adviento' significa 'venida', 'presencia', y antiguamente indicaba la llegada del rey o del emperador a una determinada provincia. Para nosotros los cristianos, significa una realidad maravillosa y desconcertante. Dios mismo atravesó su cielo y se inclinó hacia el hombre; forjó una alianza con él, entrando en la historia de un pueblo.

Él es el rey que bajó a esta pobre provincia que es la tierra, y nos obsequió con su visita asumiendo nuestra carne, haciéndose hombre como nosotros. El Adviento nos invita a recorrer el camino de esta presencia y nos recuerda una y otra vez que Dios no se fue del mundo, que no está ausente, que no nos abandona; al contrario, nos sale al encuentro de diferentes maneras que tenemos que aprender a discernir. Y también nosotros, con nuestra fe, nuestra esperanza y nuestra caridad, estamos llamados, día tras día, a entrever esta presencia y dar testimonio de ella en el mundo a menudo superficial y distraído, a hacer que brille en nuestras vidas la luz que iluminó la gruta de Belén”.
(Fuente: aica.org)

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

COMENTARIOS DE NUESTROS LECTORES