Abraham, padre de la fe |
I. INTRODUCCIÓN
Frente a la
historia del hombre, que resultó ser una historia de alejamiento de Dios y de
pecado, Dios propone “Su historia”, la Historia de Salvación, que comienza con
Abraham. Son los albores y el nacimiento de Israel como pueblo elegido por
Dios.
Mientras que el
libro del Éxodo es la historia de un pueblo, el Génesis es más bien la historia
de una familia patriarcal, la de Abraham.
II. OBJETIVO DOCTRINAL: Conocer los inicios de la Historia de Salvación.
III. OBJETIVO VIVENCIAL: Aprender y asimilar en nuestra vida las
maravillosas lecciones de estos patriarcas, con quienes Dios hizo su Alianza.
IV. TESIS: Dios quiere formar Su Pueblo, hacer con él una
Alianza eterna de amor e iniciar con él la historia de salvación para todos los
hombres. Para ello escoge a Abraham, lo prueba en su fe y obediencia y,
finalmente, le premia, haciéndole padre de todos los creyentes.
V. EXPLICACIÓN DE LA TESIS:
1. Abraham
Se llamaba Abram,
que significa “padre venerado”. Pero Dios le cambia el nombre y le pone
Abraham, que significa “padre de una muchedumbre”. Dios cuando cambia un nombre
lo hace en vistas a una nueva misión.
Originario de Ur,
al sur de Mesopotamia, perteneciente a la tribu de Teraj, nómadas que se habían
establecido en los valles regados por el Tigris y el Eufrates, alrededor del
año 3000 a.C.
a) Dios lo elige
Dios no quiere
actuar solo en la historia. Siempre se elige algunos hombres y los asocia a su
Plan. De la respuesta de estos hombres depende el buen o mal resultado de su
Plan de salvación.
Con la elección,
Dios le hizo estas promesas: tendrá descendencia numerosa (cf. Gn 15, 2-5),
poseerá una tierra (cf. Gn 15, 79) y será fuente de bendición para todas las
naciones de la tierra (cf. Gn 12, 3; 22, 18).
Con la elección,
Dios le pide unos compromisos: monoteísmo (cf. Gn 17, 1), rectitud moral: “Anda
en mi
presencia y trata de ser perfecto” (Gn 17, 1) y la fe, es decir,
docilidad absoluta a la voluntad del Señor (cf. Gn 15, 6).
b) Dios lo prueba
Dios pone
duramente a prueba la fe de sus elegidos. Así es su pedagogía.
¿Qué pruebas puso
a Abraham?
“Sal de tu
tierra” (cf. Gn 12, 1). La tierra era lo más querido para un hombre en ese
tiempo. Es una ruptura muy costosa: ruptura con su pasado, con su sangre, con
su suelo, con su patria. Romper con el pasado para lanzarse a un futuro
incierto, para crear un nuevo pueblo, el pueblo de Dios.
“Sacrifica a tu
hijo Isaac” (cf. Gn 22, 2). Después de la esterilidad de Sara, su mujer, Dios
le concedió un hijo, Isaac. Pero después, Dios le manda sacrificar a su único
hijo. ¡Qué prueba tan grande!
La respuesta de
Abraham en las pruebas es la fe: no pregunta, no discute; cree, confía, obedece,
se entrega a Dios.
c) Dios lo premia
Dios, a quien le
es fiel, le premia.
Dios premia la fe
de Abraham. Le dio una gran descendencia: los creyentes; le concedió una
espléndida tierra, Canaán; y una hermosa bendición que no se borró ni se
borrará nunca: la alianza con él. Esta alianza la firmó Abraham con la
circuncisión . Sólo después de Pentecostés será abolida definitivamente por los
apóstoles (cf. Hech 15, 5-29) y sustituida con el bautismo (cf. Col 2, 10-12).
La circuncisión no era sólo un hecho físico: exigía la pureza interior y la
obediencia a la ley (cf. Dt 10, 16; 30, 6); es lo que los profetas llamaban
“circuncisión del corazón” (cf. Jer 4,4; Ez 44, 7).
En una palabra:
el premio que Dios dio a Abraham fue su amor, la cercanía y la compasión.
2. Los demás patriarcas (Isaac, Jacob, José)
a) Isaac (Gn 25-28)
Es el hijo de la
promesa. De él habla poco la Biblia y lo hace mezclando lo pintoresco y la
poesía de Oriente (su matrimonio con Rebeca) con lo fundamental: que Isaac
recibe la misma bendición y promesas que su padre, y las trasmite a Jacob (cf.
Gn 27, 14-29) en un relato lleno de colorido.
b) Jacob (Gn 25-33)
Jacob significa
“el tramposo, el que suplanta” (suplantó a su hermano Esaú en la bendición
paterna). Más tarde, después de la “lucha con Dios” (cf. Gn 32, 23-33), Dios le
cambia el nombre en “Israel” que significa “Dios es fuerte”. Jacob tuvo doce
hijos, que formaron las doce tribus de Israel.
Dios sigue siendo
fiel a sus promesas y a sus bendiciones, que renueva a lo largo de toda la vida
de Jacob.
El sueño de Jacob
(cf. Gn 28, 10-22) significa que Dios no está lejos de los hombres. Él mismo ha
tendido un puente para comunicarse con ellos.
c) José (Gn 37-48)
José era el hijo
preferido de Jacob. La bella historia de José vendido por sus hermanos
corresponde a hechos verídicos y realmente acaecidos. Pero lo que más interesa
es la enseñanza religiosa que se esconde detrás: la misteriosa providencia de
Dios que siempre cuida de sus elegidos. José también es una figura que anticipa
algunos aspectos de la vida de Cristo. Así lo dice san Pablo: “Tomó la
condición de esclavo...se humilló...y por eso Dios lo engrandeció y le dio el
nombre sobre todo nombre” (Fp 2, 6-10). Al igual que José salvó a su pueblo de
la carestía, así también Jesús nos salvó a nosotros.
3. Contenido
teológico y espiritual de los capítulos 12-50 del Génesis
Dios escoge
hombres para realizar su Plan de Salvación.
Dios pide la
obediencia de la fe y la disponibilidad total.
Las pruebas son
ocasión maravillosa para demostrar nuestra preferencia por Dios.
Dios es siempre
fiel a sus promesas.
El Pueblo que
Dios se escoge es un pueblo que va gestándose en el camino mismo de la
historia; se va haciendo en su caminar. No retorna hacia sí mismo, como le ocurrió
a Ulises, el rey de Ítaca . El Pueblo de Dios es un pueblo en camino hacia la
eterna Patria. Para llegar a esta patria hay que salir de nuestra pequeña
patria de la comodidad, correr el riesgo y la oscuridad del camino; pero con la
fe y confianza en que Dios camina junto a nosotros.
VI. CONCLUSIÓN: La historia patriarcal evoca la figura de los
grandes antepasados. Cada uno tiene su propia característica: Abraham es el
hombre de fe, cuya obediencia es premiada por Dios, que le promete una
posteridad para él mismo, y la Tierra Santa para sus descendientes. Jacob es el
hombre de la astucia, que suplanta a su hermano Esaú, y escamotea la bendición
de su padre Isaac. Pero de nada le habrían servido todas sus habilidades, si
Dios no le hubiera preferido a Esaú, desde antes de su nacimiento. José es el
hombre honesto, íntegro, lleno de caridad y sabio.
VII. ORACIÓN: Gracias, Señor, por habernos llamado a pertenecer
al Pueblo de Dios. Te pedimos por todos los que nos guían en este peregrinar
hacia Ti, para que nunca les falte tu luz y tu amor. Y a nosotros, danos la
gracia de obedecerles como lo hizo tu siervo Abraham. Aumenta nuestra fe y
nuestro deseo de caminar hacia la Tierra prometida. Amén.
(Fuente: catholic.net)
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