El Calendario de celebraciones hay que leerlo en una triple perspectiva. Por una parte, hay eventos
organizados que contemplan una gran afluencia de fieles. Hemos querido dedicar el
primer acontecimiento, del 19 al 21 de enero, a todos los
que sirven en los Santuarios y en el campo de las peregrinaciones. Se trata de
un signo que queremos dar para hacer comprender que el Año Santo es una
verdadera peregrinación y como tal debe ser vivido. Pediremos a los peregrinos
hacer un trecho a pie, como preparación para pasar la puerta santa con fe y
devoción. Es importante preparar a los que operan en este sector para que vayan
más allá de lo meramente turístico; por esto será de gran ayuda que ellos sean
los primeros en hacerse peregrinos.
Hemos pensado que también es importante congregar los
creyentes que viven de manera especial la experiencia de la misericordia. Es
por esto que el 3 de abril habrá una celebración para todas aquellas
realidades que se identifican con la espiritualidad de la misericordia
(movimientos, asociaciones, institutos religiosos). A su vez, todo el mundo
caritativo será llamado a unirse el 4 de septiembre. El voluntariado
es el signo concreto de quien vive las obras de misericordia en sus diversas
expresiones y merece una celebración especial. De la misma manera, se ha
pensado al mundo de la espiritualidad mariana que tendrá su jornada el 9 de
octubre para celebrar
la Madre de la Misericordia. No faltarán eventos
dedicados especialmente a los adolescentes que después de la Confirmación son
llamados a profesar la fe. Para ellos hemos pensado la fecha del 24 de
abril, habida cuenta que la JMJ de Cracovia, los días 26 a
31 de julio, está destinada a los jóvenes y que no siempre es fácil
encontrar un espacio para los adolescentes en la pastoral.
Otro evento será para los diáconos que por vocación y
ministerio están llamados a presidir la caridad en la vida de la comunidad
cristiana. Para ellos el Jubileo será el 29 de mayo. En cambio, en el 160°
aniversario de la Fiesta del Sagrado Corazón, el 3 de junio, se
celebrará el Jubileo de los Sacerdotes. El 25 de septiembre será el Jubileo de
los catequistas quienes con su empeño por transmitir la fe sostienen la vida de
las comunidades cristianas, especialmente en nuestras parroquias.
El 12 de junio dirigiremos la llamada a
todos los enfermos y a las personas diversamente hábiles y a cuantos los ayudan
con amor y solicitud. El 6 de noviembre celebraremos el
Jubileo para los reclusos, que no sucederá solo en las cárceles, sino que
estamos estudiando la posibilidad para que algunos de ellos puedan tener la
oportunidad de celebrar su proprio Año Santo con el Papa Francisco en San
Pedro.
Una segunda
perspectiva estará dada por algunos signos que el Papa Francisco
realizará en forma simbólica dirigiéndose a algunas “periferias” existenciales
para testimoniar de persona la cercanía y la atención a los pobres, a los que
sufren, a los marginados y a cuantos tienen necesidad de ternura. Estos
momentos tendrán un valor simbólico, pero pediremos a los obispos y a los
sacerdotes de realizar en sus propias diócesis el mismo signo, en comunión con
el Papa, para que a todos pueda llegar una muestra concreta de la misericordia
y del cuidado de la Iglesia. Como signo concreto de la caridad del Papa, que
perdurará como memoria de este Jubileo, y para expresar la Misericordia con una
ayuda concreta y efectiva, se efectuará un gesto especial hacia alguna realidad
necesitada en el mundo.
Una tercera
perspectiva es la dedicación a los muchos peregrinos que
vendrán a Roma solos y sin una organización a sus espaldas. Para ellos
se alistarán algunas iglesias del centro histórico donde podrán encontrar
acogida y vivir momentos de oración y de preparación para atravesar la Puerta
Santa con la disposición espiritual más apropiada al evento jubilar. De todas
formas, todos los peregrinos que llegarán a Roma tendrán un acceso privilegiado
para atravesar la Puerta Santa, cosa que se hace necesaria para permitir que el
Jubileo sea vivido de manera religiosa, segura y lejos de cualquier forma de
intrusismo que hoy día parece aprovecharse de los millones de personas que
viajan a los lugares sagrados de la cristiandad.
(Fuente: revistaecclesia)
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