Queridos amigos:
Los medios de comunicación cada día nos conducen
inconscientemente a "exaltaciones" de signo político, deportivo o
social. Hoy, sin embargo, no ocupa la primera página de este lugar diario de
encuentro ninguna estrella del deporte ni figura de revista del corazón ni
personaje heroico o acontecimiento histórico.
Hoy en el centro y bien visible
aparece ese símbolo que nos identifica como cristianos: la Cruz. Define nuestro
diccionario "Exaltación" como la acción de elevar a alguien o algo a
gran auge o dignidad realzando su mérito o circunstancias. ¿Qué dignidad o
mérito podemos encontrar en el mayor símbolo de fracaso? ¿Por qué hacer fiesta
y exaltar la cruz? ¿En que consiste la cruz para el cristiano? No suceda que
nosotros coloquemos la cruz donde Jesús nunca la puso.
La "cruz" representa para la mayoría de nosotros
todo aquello que nos hace sufrir, incluso ese sufrimiento que aparece en
nuestra vida generado por nuestro propio pecado o manera equivocada de vivir.
Cruz es el sufrimiento que se producirá en nuestra vida como consecuencia de
seguir a Jesús y
los valores del evangelio. Contemplar la cruz y a Dios
crucificado en ella puede cambiar de raíz nuestra actitud cuando padecemos la
enfermedad, somos víctima de la desgracia, sufrimos la dureza de la vida o las
consecuencias de seguir los pasos de Jesús. Y no diremos: "¿Por qué me
mandas esto?, ¿qué pecado cometí?", sino que nuestra súplica creyente
será: "Dios mío, contemplando tu cruz sé que mi sufrimiento te duele tanto
como a mí; sé que también ahora me acompañas y me sostienes, aunque no te
sienta. Confío en Ti. No sé cómo ni cuando, pero un día conoceré contigo la paz
y la dicha".
Por eso exaltamos la cruz y porque no es el último destino
de quien sigue a Cristo. Los creyentes no vivimos la cruz como derrotados, sino
como portadores de una esperanza final. Si asumimos esa cruz inevitable en todo
aquel que se esfuerza por ser él mismo más humano y por construir un mundo más
habitable, es porque queremos arrancar para siempre del mundo y de nosotros el
mal y el sufrimiento. A la cruz, a una vida crucificada como la de Jesús, sólo
le espera resurrección. Por eso hoy nos gozamos y hacemos fiesta contemplando
la cruz., por encima de otras exaltaciones efímeras mundanas que nos acompañan
cada día.
(Carlos Latorre, cmf)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
COMENTARIOS DE NUESTROS LECTORES