Prosiguiendo sus catequesis dedicadas al Credo, en el Año de
la Fe, el Santo Padre llevó a cabo la audiencia general en la Plaza de San
Pedro, con la participación de miles de fieles de tantas partes del mundo. Tras
saludar y bendecir a su paso por los sectores del recinto en el jeep blanco,
Francisco reflexionó sobre la afirmación que nos asegura que Cristo “subió al
cielo y está sentado a la derecha del Padre”.
Testimoniar el Evangelio y contemplar a Cristo, sentado a la
derecha de Dios Padre, para que nuestra fe se fortalezca y recorramos alegres y
confiados los caminos de la santidad, alentó Francisco, hablando en español y
recordando que "el Señor nos guía e intercede siempre por nosotros”.
En el Credo confesamos nuestra fe en Cristo, que “subió al
cielo y está sentado a la derecha del Padre”. ¿Qué significa esto para
nosotros?, se preguntó el Pontífice. “Ya al comienzo de su subida a Jerusalén,
Jesús ve también esta otra “subida” al cielo con la que culmina su “éxodo” de
esta vida, pero sabiendo que la vuelta a la gloria del Padre pasa por la cruz,
por la obediencia al designio divino de amor por la humanidad”.
“También nosotros, señaló el obispo de Roma, hemos de saber
que entrar en la gloria de Dios exige la fidelidad cotidiana a su voluntad, aun
a costa de sacrificios y del cambio de nuestros programas”.
El Papa señaló que la Ascensión de Jesús nos hace conocer la
consoladora realidad de que en Cristo, que es nuestro abogado defensor ante el
Padre, nuestra humanidad fue llevada hacia Dios: “Él nos abrió el paso
para
llegar a Dios, y nos atrae hacia él, nos protege, nos guía e intercede por
nosotros. Mirar a Jesucristo, que asciende a los cielos, es una invitación a
testimoniar su Evangelio en la vida cotidiana, con la vista puesta en su venida
gloriosa definitiva.
Al finalizar la Audiencia, el papa Francisco saludó
cordialmente “a los peregrinos de lengua española, en particular al grupo de la
arquidiócesis de Mérida, con su obispo, monseñor Baltasar Enrique Porras
Cardozo, así como a los venidos de España, Argentina, Panamá, Venezuela, México
y otros países latinoamericanos”; y se despidió con la siguiente exhortación:
“Contemplemos a Cristo, sentado a la derecha de Dios Padre, para que nuestra fe
se fortalezca y recorramos alegres y confiados los caminos de la santidad.
Muchas gracias”.
(Fuente: aica.org)
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