jueves, 27 de febrero de 2014

CELEBRACIÓN DEL MIÉRCOLES DE CENIZA

INTRODUCCIÓN
Canto o silencio
La celebración puede iniciarse en silencio o con un canto adecuado. Podrían cantarse las letanías de los santos.

Signación
El animador se signa junto con toda la asamblea.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Saludo**                  
El animador saluda con las manos juntas a la asamblea con una de las siguientes invocaciones.
1. Nuestro auxilio es el nombre del Señor
R. Que hizo el cielo y la tierra.
2. Sea bendito nuestro Dios en todo tiempo y lugar, ahora y
por los siglos de los siglos.
R. Amén.

Monición
El animador u otro de los presentes, puede hacer una monición que introduzca la celebración. He aquí un modelo:
«Conviértanse y crean en el Evangelio», ésa es la invitación que Jesús nos hace hoy a través de la Iglesia.
Convertirse quiere decir volverse hacia Dios. Supone más un dirigirse hacia Alguien que llama que un desprenderse del egoísmo y optar por una nueva concepción de la vida. Para acoger un mensaje, hay que elevar ante todo los ojos hacia el mensajero.
Por este motivo, Jesús hizo una llamada a la conversión en el momento en que iba a anunciar a los hombres la Buena Nueva del Reino de Dios, y Pedro reitera esa misma llamada el día de Pentecostés. La conversión, a la que somos invitados, consistirá, ante todo en una intensificación de nuestra relación personal con Jesús.

Oración colecta
El animador invita a orar, y todos harán silencio por breves momentos. Si lo desea puede utilizar el tradicional Oremos. Luego hace la siguiente oración con las manos extendidas.
Padre bueno, Concédenos poder inaugurar con este ayuno santo la vigilancia propia de nuestro combate cristiano, para que el vigor que comunica a nuestro ser la austeridad de la Cuaresma afirme nuestra fortaleza
en la lucha cotidiana contra el mal y en el progreso de la virtud. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

CELEBRACIÓN DE LA PALABRA DE DIOS
El animador o, preferiblemente, otro(s) laico(s) que se encuentre(n) presente(s) proclama(n) las lecturas, incluido el Evangelio. Si se considera más oportuno, puede hacerse sólo la lectura del Antiguo Testamento con el salmo y el Evangelio, o sólo el Evangelio, precedido de un canto adecuado.

Monición.
El llamamiento que hace el profeta Joel al pueblo de Dios para una celebración comunitaria de penitencia y su alusión a la conversión íntima nos dispondrán a escuchar la invitación de San Pablo, que nos pide "por Cristo, que nos dejemos reconciliar con Dios», pues «ahora es el día de la salvación». Al ver seguidamente en Jesús con qué espíritu se debe hacer la limosna, la oración y el ayuno, descubriremos que no es la Iglesia quien ha elaborado las diversas modalidades de penitencia, sino que las ha recibido de su Señor.

Lecturas bíblicas
Del libro del profeta Joel (2, 12-18)
Dice el Señor todopoderoso: Conviértanse a mí de todo corazón: con ayuno, con llanto, con luto. Rasguen los corazones no las vestiduras: Conviértanse al Señor Dios suyo; porque es compasivo y misericordioso, lento a la cólera, rico en piedad, y se arrepiente de las amenazas. Quizá se convierta y se arrepienta y nos deje todavía la bendición, la ofrenda, la libación del Señor nuestro Dios. Toquen la trompeta en Sión, proclamen el ayuno, convoquen la reunión; congreguen al pueblo, santifiquen la asamblea, reúnan a los ancianos, congreguen a muchachos y niños de pecho. Salga el esposo de la alcoba; la esposa del tálamo. Entre el atrio y el altar lloren los sacerdotes, ministros del Señor, diciendo: «Perdona, Señor, perdona a tu pueblo, no entregues tu heredad al oprobio; no la dominen los gentiles, no se diga entre las naciones: «¿Dónde está su Dios?» Que el Señor sienta celo por su tierra y perdone a su pueblo.
Palabra de Dios.

Salmo 50
R. Misericordia, Señor: hemos pecado.

Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa.
Lava del todo mi delito, limpia mi pecado. R.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado.
Contra ti, contra ti sólo pequé. R.
Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará su alabanza. R.

De la 2ª carta del apóstol san Pablo a los Corintios (5,20-6,2)
Hermanos: Somos embajadores de Cristo, siendo Dios el que por medio nuestro los exhorta; se lo pedimos por Cristo: déjense reconciliar con Dios. El cual, por nosotros hizo pecado al que no conocía el pecado, para que por él llegáramos a ser justicia de Dios. Los exhortamos a no echar en saco roto la gracia de Dios. Porque él dice: «En el tiempo de la gracia te escucho ¡en el día de la salvación te ayudo» Pues miren: Ahora es el tiempo de la gracia; ahora es el día de la salvación.
Palabra de Dios.

  
Hechas las lecturas y el salmo, o si estos no tuvieron lugar, se lee el texto evangélico.
Evangelio
Escuchen la Palabra del Señor, según el Evangelio de san Mateo (6, 1-6. 16-18)
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuídense de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos, de lo contrario, no tendrán recompensa del Padre celestial.
Por tanto, cuando hagas limosna, no vayas tocando la trompeta por delante como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles con el fin de ser honrados por los hombres; les aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha ¡así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará.
Cuando recen no sean como los hipócritas, a quienes les gusta rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas para que los vea la gente. Les aseguro que ya han recibido su paga. Cuando tú vayas a rezar entra en tu cuarto, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará.
Cuando ayunen no anden cabizbajos, como los farsantes que desfiguran su cara para hacer ver a la gente que ayunan. Les aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará.»
Palabra del Señor.


IMPOSICIÓN DE LA CENIZA
El animador y, si es el caso, otros laicos, impone(n) la ceniza a los presentes diciendo a cada uno:
Conviértete y cree en el Evangelio.
O bien:
Acuérdate que polvo eres y en polvo te has de convertir.

Mientras tanto pueden cantarse cantos apropiados sobre el perdón y la misericordia de Dios
Terminada la imposición de la ceniza, el animador y, si es el caso, sus colaboradores, se lavan las manos.

PLEGARIA COMÚN
El animador de la celebración, con las manos juntas, invita a la oración con estas palabras:
Hermanos:                                  
Pidamos confiadamente a Dios, Padre misericordioso, para que, por la penitencia y la escucha de su Palabra, vivamos en santidad y justicia todos nuestros días. Digámosle:
Santifica, Señor, a tu pueblo.
Otro laico, o el mismo animador, hace las preces.

Padre santo, que nos diste a Cristo como pastor de nuestras vidas, ayuda a los pastores y a los pueblos a ellos confiados, para que no falte nunca al rebaño la solicitud de sus pastores ni falte a los pastores la obediencia de su rebaño. R.
Dirige, Señor, el sentir de los pueblos y la mente de sus gobernantes por los caminos de tu voluntad, para que procuren con empeño el bien común. R.
Tú que creaste a todos los hombres a imagen tuya, haz que sintamos horror de las injusticias y desigualdades entre los hombres. R.
Llama a tu amistad y a tu verdad a los que viven alejados de ti, y a nosotros enséñanos cómo podemos ayudarlos. R.
Pueden añadirse algunas intenciones libres.

Padrenuestro
A continuación, el animador, con las manos juntas, exhorta a la asamblea con estas u otras palabras.
Con el gozo de sabernos hijos de Dios, acudamos a nuestro Padre diciendo: Padre nuestro…

Oración
El animador, con las manos extendidas, concluye la Oración Común diciendo:
Dios, que conviertes a ti los corazones de los creyentes, escucha nuestras súplicas:
Concédenos abandonar los senderos del error para seguir a Cristo tu Hijo, por el camino que conduce a la vida; para que fieles a las promesas del bautismo, vivamos coherentemente con nuestra fe, testimoniando con valor la verdad de tu Palabra. Por Cristo nuestro Señor.

ENVÍO
Bendición**
El animador, con las manos juntas, invoca la bendición de Dios sobre la asamblea con una de estas fórmulas.
Dios nos colme de todo gozo y esperanza en la fe.
La paz de Cristo reine siempre en nuestros corazones.
El Espíritu Santo infunda sobre nosotros la abundancia de sus dones.
R. Amén.

Si parece oportuno que la bendición se haga según una fórmula más solemne, podrá utilizarse la siguiente fórmula:

El Señor, Dios de Israel, visite y redima a su pueblo.
R. Amén.
Nos dé la gracia de servirlo en santidad y justicia, todos los días de nuestra vida.
R. Amén.
Ilumine a quienes están en las tinieblas y en las sombras de la muerte y dirija nuestros pasos por el camino de la paz.
R. Amén.

Despedida
El animador de la celebración despide a los fieles con una breve exhortación a vivir este tiempo de cuaresma como un camino de conversión. He aquí un modelo:

Que esta ceniza sea signo de nuestro compromiso
de vivir la cuaresma como un camino de conversión
que nos lleve al encuentro personal con Jesucristo resucitado,

liberador del hombre caído en esclavitud.

(Fuente: mercaba.org)

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