La Cuaresma
es el tiempo litúrgico penitencial y de conversión por excelencia que nos ayuda
a prepararnos para la Fiesta de la Pascua.
La palabra cuaresma significa 40 días, que es el
tiempo durante el cual hacemos un camino de “Metanoia” o de “cambio de vida”, para ello nos preparamos con la
oración, la lectura orante de la Palabra, el ayuno, la abstinencia, y las obras
de misericordia.
No es un tiempo de angustia,
sino una preparación seria hacia la Pascua, donde nuestro “hombre viejo” irá
dando paso al “hombre nuevo”.
El color litúrgico es el
“morado” que convida al recogimiento, al
retiro espiritual y a una vida más austera. Otros signos acompañarán también
esta andadura espiritual: se suprimen los cantos de “Aleluya” y “Gloria”, desaparecen las flores del altar, los
cantos son los propios y suaves.
Por el sacramento de la Reconciliación expresamos nuestro
arrepentimiento sincero y esperanzado en la
misericordia del Señor.
Arrepentimiento
no equivale a autocompasión o
remordimiento, sino a conversión, a volver a centrar nuestra vida en la
Trinidad. No significa mirar atrás disgustados, sino hacia adelante
esperanzados. Ni es mirar hacia abajo, a nuestros fallos, sino a lo alto, al
amor de Dios. Significa mirar no aquello que no hemos logrado ser sino a lo que
con la gracia divina podemos llegar a ser. (K. Ware)
MIÉRCOLES DE CENIZA
El Miércoles de Ceniza abre paso a la cuaresma. Con el rito de la “imposición de cenizas” la Iglesia nos invita a
reconocer con humildad nuestra condición débil y pecadora. El simbolismo de la
ceniza es muy antiguo y popular.
El camino de la conversión
pascual empieza con el símbolo de la ceniza y acaba en la Vigilia con el fuego,
el agua y la luz. Es una unidad dinámica, que quiere comprometer a cada
cristiano en su seguimiento de Cristo y comunicarle la gracia pascual: a través
de la renuncia y la cruz, hasta la nueva existencia de resucitados.
PRACTICAS CUARESMALES
1-Imposición de las cenizas: el “Miércoles de Ceniza”
2-Ayuno: a la luz de
la Palabra de Dios, comprendemos que el ayuno más que una mera abstención de
comidas es símbolo y expresión de una
renuncia a todo aquello que nos impide realizar en nosotros el proyecto de
Dios, invitándonos a transformarlo en un gesto de solidaridad efectiva con los que pasan hambre, con los que sufren
injusticias, con los olvidados, con los discriminados, etc.
3-Limosna o mejor dicho “ofrenda”: el ayuno debe ir unido a la limosna/ofrenda, o
sea, al gesto caritativo. No se trata de dar lo que nos sobre sino de compartir
aún aquello que nos pueda hacer falta, porque confiamos en que Dios no nos
desamparará.
4-Oración: este
tiempo es propicio para la oración, el encuentro más frecuente con Dios. Hay
quienes pasan a diario por los templos para elevar sus plegarias a Dios.
También hay quienes ofrecen rosarios, coronillas, y hasta disponen de 30
minutos al día para hablar con Dios en sus
hogares antes de empezar la jornada.
5-Via Crucis: una de
las prácticas devocionales que más convoca en este tiempo. Esta oración
meditada de la pasión, muerte y resurrección del Señor nos pone en clima con el camino que deseamos
hacer hacia una sincera conversión, después de ver la grandeza del amor de Dios
por la humanidad.
6-Celebraciones Penitenciales: durante la cuaresma es bueno prepararnos comunitariamente para pedir
perdón al Señor por nuestras faltas y recibir el Sacramento de la
Reconciliación.
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