12 claves para responder con amor a la invitación de Dios
Ser catequista es responder a un llamado. Es Dios quien toca
al corazón de la persona y le pide que hable en su Nombre. Es una vocación de
vida, una misión, un reto que implica una enorme responsabilidad de hablar de
LA VERDAD y con la verdad. Y aún más importante, VIVIR EN LA VERDAD. Es decir,
con congruencia, sin hipocresías. Ser catequista es una invitación personal de
Dios a la cual hay que responder con amor y prontitud porque “la mies es mucha,
pero los obreros pocos”.
Ser catequista es una de las tareas más importantes y
valiosas que Dios le puede encomendar a una persona. Le confía en sus manos la
formación de almas-generalmente las de niños-. De ella -y obviamente de sus
padres- aprenderá lo que realmente es amar a Dios, cómo hacerlo; a alcanzar la
plenitud y la vida eterna. ¡Ser catequista es un privilegio!
1. Vida de Piedad. La piedad es una virtud que
nos hace sentir profundamente hijos de Dios. La vida de piedad son todos esos
actos de amor que nos hacen crecer en amor de Dios.
Los medios para educar la vida de piedad son:
• Comenzar y terminar el día agradeciendo a Dios.
• Lectura de los Evangelios para enamorarse de Jesús.
• Comenzar y terminar el día agradeciendo a Dios.
• Lectura de los Evangelios para enamorarse de Jesús.